Bitcoin, inversiones y el deseo de “volvernos ricos”




Enlisté de forma genérica algunas de las preguntas que frecuentemente recibo de mis amigos más cercanos, familiares y conocidos, así que decidí hacer una entrada en el blog al respecto.
En el contexto de una valorización en pesos mexicanos de casi $50,000 pesos por Bitcoin, (48,500 en www.bitso.com al instante de escribir este texto, 49,300 al terminarlo) no debería sorprender el creciente interés por esta moneda con fines de inversión. El 23 de mayo de 2016 en este mismo exchange podías comprar un bitcoin por solo 9,699.99 pesos “closing” price (este mercado jamás cierra). Así, ¡un ‘crecimiento, aumento, apreciación’ o como deseemos llamarlo de 500% en un año no pasa desapercibido! Y ni qué decir si hubieses comprado un Bitcoin hace 5 años, tendrías un crecimiento aproximado de 70,000%… (one wonders…)

Claro, todos queremos preservar y aumentar nuestro patrimonio. Frecuentes amenazas como la inflación y los aumentos de precios no generalizados destruyen lentamente el valor de nuestros activos y las defensas para el usuario común son escasas, la inversión en capitales y deuda tiene altas barreras de entrada y el intercambio de divisas tampoco es sencillo para el usuario convencional. Dada la facilidad y el crciente precio de los divisas virtuales en general, la relevancia de estas preguntas aumenta así como el interés de las personas en este tipo de activos que parecen ofrecer “ganancias” inimaginables. Pero es importante estudiar lo que sucede más allá de un “aumento o rendimiento” del activo y echarnos un clavado a los fundamentales.

¿Entonces de qué va esto?
¿Me conviene invertir en Bitcoin? 
Esta es una de las preguntas más frecuentes, pero es una que que sólo tú, dueño de tu dinero, puedes responder. Lo más importante, al igual que cualquier otra inversión, es entender las motivaciones y factores detrás de su precio, y aunque normalmente existen asesores financieros para los activos tradicionales, en la actualidad la impetuosa velocidad con la que el Bitcoin (y otras divisas virtuales) crece, evoluciona, mejora y es retada constantemente no ha permitido que exista un grupo de asesores calificados en este tipo de activo (asset class).

¿De qué depende el valor del Bitcoin entonces? 
En términos simples, depende de lo mismo que cualquier otro bien comerciable en el mercado libre: de su oferta y demanda. Es decir, el precio (para los economistas: precio de equilibrio) del activo es tal en el cual una parte está dispuesta a vender y la otra a comprar. Así de simple.

¿Entonces hay mucha demanda? ¿Seguirá subiendo?
 Como bien se sabe la oferta de Bitcoins estará limitada a 21 millones de éstos una vez que se hayan “minado” en su totalidad. La demanda por Bitcoins obedece a múltiples factores que posiblemente no pudieran numerarse de forma completa, pero que sí valdría la pena ir a conocer por cuenta propia antes de decidir que hacer con tu dinero.

Entender el protocolo: Debajo de Bitcoin como “moneda internacional” o “activo virtual” yace un protocolo de pagos de persona a persona diseñado en 2008 por alguien o algunos bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Este protocolo se llama “Blockchain” (Cadena de bloques) y es un avance tecnológico basado en una hoja contable pública que registra los movimientos monetarios, los cuales están protegidos por claves criptográficas muy seguras, sofisticadas y de amplio uso generalizado, y debido a su construcción permite un registro completo, trazable e inmutable de las transacciones llevadas a cabo. Dependiendo de las ventajas/retos que el público encuentra en el protocolo, y sus modificaciones puede subir o bajar su demanda.

Entender el lado “técnico” de Bitcoin:
 La aportación económica más importante del protocolo Bitcoin es la solución del problema de “gasto doble” de la representación de un activo (es decir que no sea copiado, lo cual es muy sencillo con cosas digitales). Este problema se soluciona mediante cifrado (llamado también criptografía) y mediante la descentralización del ledger (libro mayor) de transacciones, las cuales en lugar de ser procesadas en una institución central son procesadas a través de la red de mineros. Estas transacciones son “selladas o encadenadas” una tras otra, haciendo un registro muy seguro de operaciones. Dependiendo de las ventajas/retos que el público encuentra en los avances tecnológicos y cambios al código puede subir o bajar su demanda.

Entender los atributos del activo: 
Parecido al dinero, Bitcoin puede ser unidad de cuenta, medio de intercambio y de preservación de valor. Pero NO es una moneda emitida por ninguna institución o banca central. A pesar de que la mayoría de los activos monetarios más importantes no están respaldados por un medio secundario al igual que Bitcoin esto no los hace iguales. Si bien pudiera ser muy fácilmente comparado con un activo de capital tradicional (por ejemplo acciones) por su comportamiento y su disponibilidad en casas de cambio y “bolsas de activos” (exchanges) su ‘verdadero’ valor yace en sus características y capacidades tecnológicas y de innovación financiera y no en fundamentales o resultados operacionales de una compañía o institución. Por lo tanto es de vital importancia entender y conocer el activo en sí mismo, como por ejemplo capacidad de los bloques, velocidad de confirmación de las transacciones, y amplitud de su red así como los costos asociados a su uso (si nada de esto te suena familiar, debería serlo antes de considerarlo una “inversión”).

Un activo tan nuevo no deja de tener un alto nivel de volatilidad y riesgo.
 Habiendo superado en valorización a todas las monedas globales en la mayoría de los años desde su popularización (alrededor de 2011), fue de las monedas con mayor pérdida porcentual de valor en 2014 y no es sorprendente para aquellos familiarizado con Bitcoin ver “caídas” de precio de doble digito porcentual en un día. Esto más que una desventaja revela que el activo está realmente sustentado por oferta/demanda y no por una promesa de valor “siempre creciente”, una propuesta con poco sentido económico.

¿Entonces,cómo inversión?
Esto lo explicó Mario Romero de forma muy elegante y acertada:
Las divisas digitales son dinero programable. Cuando pensamos en Bitcoin, es fácil enfocarnos en la especulación alrededor de su precio. Pero es bastante limitado pensar solamente en esta tecnología como activos para acumular en espera de alguna apreciación. A muchos, lo que nos parece más interesante, es que son plataformas programables, universales, y abiertas. La combinación de estos tres atributos puede fundamentalmente incrementar el acceso y reducir los costos de brindar servicios financieros en México y el mundo.

Ciertamente uno de los puntos esenciales es entender que el valor subyacente más importante del activo son los beneficios tecnológicos y de innovacion en pagos, transferencias y acceso financiero, y si bien estos también derivan su demanda no son los únicos elementos involucrados. Una incontable cantidad de variables afectan, además de su construcción técnica, la percepción del futuro del activo teniendo un impacto en su demanda, y por lo tanto su precio: regulación de distintos países, aplicaciones de empresas sobre estos activos, adaptación de grandes bancos e instituciones, precios locales, restriccion de flujos, especulación cambiaria, económica, y hasta política tienen la misma influencia. De manera que resulta complicado agrupar todos estos factores y tener un análisis formal (confiable) de lo que sucedería con la valorización de las divisas virtuales…

¿Le meto o me espero?
Como el sentido de la vida, eso sólo tu lo podrás responder. No es la respuesta esperada y parecería la más aburrida, pero sin duda es la más honesta. Todo beneficio lleva un riesgo, muchas personas han incrementado sus activos “invirtiendo” en divisas virtuales pero muchas han perdido también. Lo siento, pero la formula para hacer dinero fácil no llegó hoy.

Fuente  https://blog.bitso.com/bitcoin-inversiones-y-el-deseo-de-volvernos-ricos-1323fd677f37

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